cuaderno III
El fragmento a analizar de “La ciénaga” pareciera estar enfocado en el sonido primordialmente. Éste de a ratos parece ser más importante que la imagen, lo que muchas veces desconcierta al espectador generando momentos de incomodidad. El sonido envuelve y acompaña los escenarios un poco lúgubres que lo hacen sentir a uno, ahogado hasta encerrado. La mayoría de las veces el sonido es sincrónico a lo que vemos con la imagen, pero a su vez parecen no pertenecer a la escena, lo que genera confusión tal como se ve en las primeras escenas con las copas y las reposeras. Se pueden apreciar sonidos diegéticos como cuando los personajes hablan, los sonidos de fondo como los disparos, lo que sucede en el cerro, etc. Lo extradiegético ocurre brevemente durante la presentación del título y los actores, que el sonido parece cambiar en relación a lo que ocurre en la escena, en este caso es casi imperceptible.
Esta forma de realización del film, genera más allá de todo pronóstico a mi parecer una estable relación de imagen y sonido, ya que la conjunción de ambas generan una sensación de extrañamiento, de falta de comprensión de lo que sucede.
Relación imagen-sonido



Pendulum music (1968) de Steve Reich es una obra que trata de una retroalimentación de micrófonos y amplificadores.
Por un lado tenemos los micrófonos que penden y oscilan en el aire, estos comienzan el movimiento debido a la intervención humana, de esta manera inician los sonidos. Haro dice que “La experimentación sonora está profundamente relacionada con la evolución de la tecnología electrónica, particularmente con los equipos de registro”, sin la tecnología este tipo de obras resultarían imposibles. Esta obra se encontraba a mitad de camino entre escultura sonora y performance musical, ya que con la oscilación de los micrófonos desde lo visual y el sonido como objeto, generan una dialéctica, una retroalimentación que termina en una armonía entre ambos. Por eso hablamos de una hibridación, de una obra intermedia. La obra junto a otras del mismo artista, tuvieron una importante influencia en la música contemporánea.





Las obras que aparecen en el museo de Jean Tinguely son esculturas cinéticas, y todo aquello que tiene movimiento, produce sonidos que en este caso no son musicales. Estas esculturas están hechas de residuos industriales, el sonido que producen recuerda justamente a máquinas en funcionamiento. Haro nos recuerda que las esculturas no siempre fueron así, sino que eran mudas. Esta incorporación de sonidos a las obras es más bien contemporánea, y se logra mediante vibraciones, o incluso colocando sonidos externos. Esta ejecución de Jean Tinguely generó sonidos que no requieren intervención del público, sino que funcionan solas. El material y el sonido producido, la hibridación de ambos, genera algo más que lo que haría la escultura sola.



Diferente es el caso propuesto por Leon Ferrrari en la escultura sonora “Berimbau” (tal como el instrumento de cuerda popularizado por la música brasilera). La escultura consiste en una serie de alambres verticales de hasta 4 metros que por el movimiento de la acción humana producen sonidos.
Según el relato de sus seguidores, el artista se vio motivado por los sonidos que el público logró ejecutar en la obra y decidió realizar otras esculturas similares, como “Percanta”, que fue expuesta en la Pinacoteca de San Pablo en 1980.
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